Cada año en el mundo se usan cerca de 500 mil millones de bolsas de plástico, las cuales terminan vertidas en los océanos y causando la muerte de alrededor de un millón de aves y 100.000 mamíferos marinos, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).Se estima que, en promedio, cada habitante de la Tierra utiliza 150 bolsas al año, material suficiente para dar la vuelta al mundo unas 4.200 veces.

Dependiendo de sus hábitos de consumo, una persona puede ingerir en promedio a través del agua, del aire y los alimentos, unos cinco gramos de plástico semanalmente. Una cantidad que equivale a comerse una tarjeta de crédito. El agua subterránea, la superficial, la potable del grifo y hasta la embotellada contienen restos de microplásticos: partículas de plástico que miden menos de 5 mm. Esto afecta nuestra salud. Algunos estudios han demostrado que el tracto respiratorio puede llegar a inflamarse debido a la inhalación de fibras plásticas y las células de pulmones, hígado y cerebro pueden mostrar niveles de toxicidad. Además, aditivos en los plásticos, afectan la función sexual, la fertilidad y un aumento en la incidencia de mutaciones y cáncer. Este día nos invita a dejar atrás las bolsas plásticas y volver a los empaques naturales como bolsas de tela y canastos.